dilluns, 15 de desembre del 2008

El sindrome de Ulises

Muchos de nosotros ya conocemos al famoso Ulises y el largo periplo que tuvo que realizar para regresar a su hogar.








Como sabemos, la mitología nos ha servido como fuente de inspiración para diversas denominaciones y la medicina no es un caso a parte, por lo cual el famoso héroe griego ha dado lugar al nombre de una nueva enfermedad psiquiátrica que padecen los inmigrantes sin papeles que se encuentran repartidos por el mundo, así se puede decir que esta enfermedad presenta los siguientes síntomas:
Como en el duro viaje en el que temen por su vida, la tristeza y añoranza de su tierra les conducen a la depresión, desconsuelo, falta de ánimo y apetito... Es decir, depresión, ansiedad, estrés que se presenta por las vivencias que les llevó a este nuevo país.

4 comentaris:

Anònim ha dit...

En efecto, Mohamed, Joseba Achótegui, psiquiatra y profesor titular de la Universidad de Barcelona, descubrió este trastorno común a los inmigrantes ilegales: El síndrome de Ulises.
Achótegui explica que el síndrome de Ulises se caracteriza por los siguientes cuatro focos de tensión:
• La soledad: Una vez que la persona llega a un país que no es el suyo se encuentra con un panorama más que desolador. No pueden traer a la familia, porque primero tienen que tener estabilidad económica. Además, el hecho de que sus familiares más cercanos, como sus hijos, especialmente en el caso de las mujeres, se hayan quedado en el país de origen produce una nostalgia difícil de superar.
• El sentimiento del fracaso. Piensan que tanto esfuerzo no les ha servido porque no pueden progresar en el mercado y no pueden conseguir trabajo.
• Viven situaciones muy duras en la lucha por la supervivencia. Su preocupación principal es dónde comer y dónde dormir.
• Pasan situaciones de terror. Por ejemplo, es común es los que llegan en pateras sientan pavor, poco tiempo después, al agua.
Achótegui descubrió este trastorno en su trabajo en el SAPPIR (Servicio de Atención Psicopatológica y Psicosocial a Inmigrantes y Refugiados) del Hospital Sant Pere Claver de Barcelona, un centro que fundó y que actualmente dirige.
“Llevo desde los años 80 trabajando en inmigración y este síndrome hasta hace 5 años no se observaba. Las condiciones de vida se han hecho más duras para los inmigrantes en los últimos tiempos. Me di cuenta de que todos tenían unos síntomas concretos”, explica.
Al principio, este profesor de la Universidad de Barcelona pensó en otro nombre para esta patología, pero luego decidió cambiarlo por uno que manifestara mejor de qué se trataba. “Los textos de La Odisea (poema griego atribuido a Homero) hablan de lo que padecen estos inmigrantes: los naufragios de Ulises y su sufrimiento. Todo está escrito y plasmado en La Odisea por eso lo llamé así”, revela.

Leemos en Homero:
Hallóle sentado en la playa, que allí se estaba, sin que sus ojos se secasen del continuo llanto, y consumía su dulce vida suspirando por el regreso; pues la ninfa ya no le era grata. Obligado a pernoctar en la profunda cueva, durmiendo con la ninfa que le quería sin que él la quisiese, pasaba el día sentado en las rocas de la ribera del mar y consumiendo su ánimo en lágrimas, suspiros y dolores, clavaba los ojos en el ponto estéril y derramaba copioso llanto. La Odisea. Canto V. (Traducción de Luis Segalá y Estalella).

De acuerdo con la sintomatología descrita por quienes estudian el problema, los inmigrantes, cual Odiseo en Ogigia, viven en duelo por la pérdida de su status social, la nostalgia por los amigos y la cultura que quedaron en el hogar, el apego a una lengua que los “extranjeros” entre quienes vive no saben hablar y el cansancio que deja la lucha por sobrevivir en un ambiente hostil. Agotados por la pelea cotidiana contra esos dos mundos que parecen apostar por su fracaso. Sufriendo por un supuesto daño irreparable, que se le ha hecho a alguien que quedó en casa.
Contrario a los depresivos, los Ulises no tienen ideas suicidas y no son apáticos. Continúan emprendiendo proyectos, mientras van cayendo las lágrimas.
Luchan para no ahogarse. Responden al constante estado de emergencia. Sobreviven a naufragios.
Y velan por las noches planeando el regreso a Ítaca.

Anònim ha dit...

Muchas gracias elgreco, sus comentarios siempre nos ayudan a saber más del tema en el que trabajamos.

Anònim ha dit...

Y vuestros artículos nos ilustran sobre aspectos muy importantes, a veces desconocidos por los lectores, de ese mundo apasionante de los clásicos. Como decía el sabio griego Solón: "Envejezco aprendiendo muchas cosas."
La frase hay que insertarla en este contexto:
Siendo anciano Solón de Atenas escuchó de labios de su sobrino una encantadora poesía de Safo y pidió al muchacho que se la enseñara. Al preguntársele por qué se esforzaba tanto a su edad respondió:
"Para aprenderla antes de morir. Envejezco aprendiendo muchas cosas".
La frase la podemos relacionar con el refrán castellano: "Nunca te acostarás sin saber una cosa más".
Y vuestro trabajo en este blog nos enseña y de vosotros aprendemos.
¡Adelante!

Edurne ha dit...

Muy interesante el post y también la información subida por elgreco, nunca había leído sobre ello.
Así que yo también me voy a la cama con algo más aprendido.

¡Un saludo!